El valle del río Omo, en Etiopía (África Oriental), reconocido como uno de los lugares más salvajes de África, alberga una comunidad de culturas ancestrales que perduran con una increíble impermeabilidad al mundo moderno. Viven hasta 50 tribus diferentes ancladas en modos de vida ancestrales. Motivo por el que esa región del planeta ha sido declarada por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad. De todas estas tribus los bodi destacan especialmente por su curioso aspecto físico.
Por eso, durante un período que varía entre tres y seis meses, siguen una dieta hipercalórica, a base de sangre de vaca mezclada con leche, que les hace duplicar, y en algunos casos hasta triplicar, su peso corporal.
Cuando llega el día señalado para la elección del nuevo soberano, la aldea se convierte en un festival. Todo comienza con una fiesta en la que los hombres bailan moviendo sus carnes. Luego, son exhibidos, se les mide la circunferencia del abdomen y se les pesa cuidadosamente. El vencedor, además de ser proclamado rey por un día, será recompensado con la mano de la doncella más bella de la tribu (curiosamente fina, delgada y de aspecto muy delicado).
No son, ni cazadores, ni guerreros. Por tanto, no necesitan un cuerpo esbelto y atlético para conseguir el sustento diario. Estar gordo es un símbolo de estatus, de que se poseen muchas vacas y de que hay capacidad para alimentar a la familia. Por eso, el hombre más obeso es codiciado. Se le considera el más poderoso.Tras la ceremonia, los hombres vuelven a su vida normal y pierden la barriga después de semanas de comer escasamente, aunque la nueva generación de concursantes comienza pronto su engorda. Fotógrafos como Pavel Wolberg y Eric Lafforgue han retratado la ceremonia del hombres más gordo, ofreciéndonos un acercamiento a una tradición que se aprecia distinta a nuestros cánones de belleza, pero que detalla la gran diversidad de ritos en nuestro planeta.
Las mujeres bodi son célebres por su grácil belleza. Finas, delgadas, con grandes y expresivos ojos y de aspecto muy delicado. Los varones, en cambio, son hombres muy gruesos y grasientos. Los antropólogos llevan años estudiando los rituales de las tribus de la zona.
Los kamer, por ejemplo, hacen que sus muchachos salten por encima de un grupo de reses alineadas para simbolizar el paso de la adolescencia a la madurez. Pero los bodi les ganan en originalidad. Con la llegada del mes de junio escogen al miembro más destacado de la tribu. Que no será el más fuerte ni el más inteligente, sino el más gordo.
Los bodi son de por sí una gente curiosa, seminómadas que adoran a su ganado por encima de cualquier cosa. Hasta el punto de que incluso hablan con sus reses, y llegan a cantarles canciones, según relata el fotógrafo francés Eric Lafforgue.
En un momento determinado del año, los varones de la tribu sienten el deseo de optar a un puesto respetable en su grupo social, y entonces empiezan a engordar.
Por eso, durante un período que varía entre tres y seis meses, siguen una dieta hipercalórica, a base de sangre de vaca mezclada con leche, que les hace duplicar, y en algunos casos hasta triplicar, su peso corporal.
Cuando llega el día señalado para la elección del nuevo soberano, la aldea se convierte en un festival. Todo comienza con una fiesta en la que los hombres bailan moviendo sus flácidas carnes. Luego, son exhibidos, se les mide la circunferencia del abdomen y se les pesa cuidadosamente. El vencedor, además de ser proclamado rey por un día, será recompensado con la mano de la doncella más bella de la tribu.
Esta tribu me parece demasiado gorda y no creo que duren mucho.
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