LOS SURMA
En las selvas del sudoeste de Etiopía, de África oriental vive una tribu muy especial. Es la tribu de los Surma. Su población no es que sea muy numerosa.
Los Surma viven en comunidad. Sus casas son muy grandes y en cada viven varias familias.
Se dedican principalmente al pastoreo y pocas veces a la agricultura: como maíz y sorgo, y cazan animales.
También se alimentan de la leche de sus vacas, su carne, los cereales que cultivan y de la propia sangre de las vacas que extraen pinchándoles en una vena. Las vacas también son el patrón comercial. El padre, propietario del rebaño, regala 30 vacas a cada hijo cuando se casan. En las familias numerosas los más jóvenes suelen quedarse sin esta dote y tienen que recurrir a otro tipo de recursos, normalmente bastante irregulares, para conseguir su dote.
Los Surma cuidan bastante su aspecto. Las mujeres Surma llevan un disco de calabaza o platos de arcilla incrustados en sus labios y en las orejas, que cuanto más grande sea en el caso de las mujeres les permitirá una dote matrimonial más suculenta normalmente en cabezas de ganado.
Consideran su imagen como algo abstracto y se pintan el cuerpo dos o tres veces al día, como si cambiasen de ropa en una particular forma de seducción, de expresar su estado de ánimo o su orgullo. Las escarificaciones y mutilaciones que se infligen son también signos de elegancia, de fortaleza y de valor.
Guardan sus antiguas costumbres y tradiciones.
Terminada la cosecha los jóvenes surma compiten en luchas bastante violentas, con bastones como armas, que se conocen con el nombre de Donga. Con ella demuestran su masculinidad, saldan rencillas personales o luchan para conseguir una esposa. Los participantes compiten de dos en dos y van quedando eliminados hasta que solo queda el vencedor del torneo.
La religión de la tribu es el animismo.
el animismo es un concepto que engloba diversas creencias en las que tanto objetos como cualquier elemento del mundo natural.
Hablan el suri y varios dialectos, como el tirma y el chai.
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